Dictador Daniel Ortega de Nicaragua, juramenta 30,000 paramilitares al servicio de la dictadura bajo la fachada de policías voluntarios


El dictador Daniel Ortega dio un nuevo paso en su escalada represiva al juramentar a 30,000 civiles encapuchados como su ejército paramilitar, disfrazado de "policías voluntarios". Este acto, vendido por el régimen como un refuerzo a la seguridad, no es más que la legalización de su maquinaria de terror contra el pueblo nicaragüense.


Durante una solemne ceremonia, las autoridades mostraron un fervor inusitado mientras los encapuchados pronunciaban su compromiso ante cámaras estatales. El evento, retransmitido en vivo, buscó legitimar el acto y convencer a la opinión pública de que se trataba de un refuerzo para la seguridad, que notoriamente refuerza la imagen del régimen.


El acto ha sido criticado por organizaciones internacionales y por la oposición en el exilio, quienes lo califican de maniobra para instaurar un ejército paralelo destinado a reprimir la disidencia. Este paso refuerza la estrategia autoritaria de Ortega, ampliando el control estatal y sembrando temor en la sociedad nicaragüense, un claro retroceso total a la democracia.

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