Maduro rechaza propuesta de Bukele y se hunde en su cobardía

 

Nicolás Maduro rechaza la propuesta del Presidente Nayib Bukele de canjear venezolanos deportados por presos políticos, evidenciando su hipocresía.

Mientras el Presidente Nayib Bukele plantea una solución humanitaria sin precedentes, Nicolás Maduro responde como siempre: con show, excusas y cobardía.
Lejos de asumir responsabilidad, el régimen venezolano lanza un comunicado lleno de ataques, manipulaciones y victimismo, dejando en claro que no tiene intención alguna de liberar a los presos políticos ni de recibir a sus propios ciudadanos deportados.


Bukele ofrece libertad. Maduro responde con mentiras

La propuesta del Presidente Bukele fue clara:
252 venezolanos deportados desde Estados Unidos y detenidos en El Salvador a cambio de 252 presos políticos del chavismo.
Una medida ética, concreta y humana que podría salvar vidas.


¿Y qué hizo Maduro? En lugar de dar una respuesta diplomática o abrir un canal de diálogo, envió a su fiscal general, Tarek William Saab, a montar un espectáculo lleno de insultos y argumentos vacíos. Un intento desesperado de disfrazar su rechazo como preocupación por los derechos humanos... cuando es justamente él quien los pisotea a diario.


Maduro no quiere liberar a nadie, ni recibir a los suyos


En el comunicado oficial, el régimen:

  • Acusa al Presidente Bukele de “secuestro” sin presentar ni una sola prueba.

  • Exige pruebas de vida mientras niega constantemente el estado de salud de sus propios presos políticos.

  • Se niega a reconocer a los 252 venezolanos deportados, dejándolos abandonados entre excusas.

  • Y lo peor: ni siquiera menciona la posibilidad de liberar a los presos políticos. ¿Dónde quedó el discurso de reconciliación? ¿Dónde quedó el amor por el pueblo?

La respuesta es simple: para Maduro, sus presos políticos son rehenes. Y sus ciudadanos en el exilio, desechables.


Un comunicado que esconde miedo, no justicia

El tono del texto no es de un gobierno seguro de su moralidad, es el de un régimen acorralado. Llamar “campo de concentración” al CECOT, mientras en Venezuela hay cientos de desaparecidos, muertos en custodia, y torturas documentadas por la ONU, es cinismo en su máxima expresión.


Hablar de derechos humanos mientras se mantiene encerrada a gente como Rocío San Miguel, Roland Carreño o la madre de María Corina Machado, es un insulto a toda Latinoamérica.



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