La Constitución de la República de El Salvador es la ley suprema del país: define la estructura del Estado, los derechos y deberes de los ciudadanos, los límites del poder público y los mecanismos legales que regulan la convivencia democrática.
Historia y orígenes
La Constitución vigente se aprobó el 15 de diciembre de 1983 por una Asamblea Constituyente surgida en 1982. Entró en vigor el 20 de diciembre de 1983, cinco días después de aprobada. Esa Asamblea Constituyente, elegida en marzo y abril de 1982, reemplazó la Constitución de 1962, la cual había sido suspendida por los cambios políticos producto de golpes de Estado y la guerra civil.
Reformas recientes y cambios relevantes
La Constitución de 1983 ha sido reformada numerosas veces, con más de 25 enmiendas hasta la fecha. Algunas de las más polémicas y relevantes en los últimos años incluyen:
Reforma del artículo 248
Hasta 2024, para modificar la Constitución se requería que una legislatura aprobara la reforma con mayoría simple y que la siguiente legislatura la ratificara con mayoría calificada de dos tercios. Con los cambios recientes, una sola legislatura puede aprobar y ratificar reformas constitucionales, reduciendo los controles previos.
Reelección presidencial indefinida
El 31 de julio de 2025 la Asamblea Legislativa aprobó una reforma para permitir la reelección presidencial indefinida, extender el mandato presidencial de cinco a seis años y eliminar la segunda vuelta electoral.
Sincronización de elecciones
La reforma también incluyó una disposición transitoria que reduce el período presidencial actual para que termine en junio de 2027. Con esto, las elecciones presidenciales, legislativas y municipales se realizarán de manera simultánea.
Principios fundamentales que consagra
La Constitución reconoce una serie de principios esenciales:
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Derechos fundamentales ciudadanos: libertad de expresión, igualdad ante la ley, derecho a la vida, a la educación y a la salud.
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División de poderes: Ejecutivo, Legislativo, Judicial y órganos autónomos.
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Control de constitucionalidad: una Sala de lo Constitucional que revisa que leyes y actos públicos no contradigan la Constitución.
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Participación democrática: elecciones libres, derechos electorales y representación política.
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Jerarquía legal: la Constitución prevalece sobre todas las leyes ordinarias, reglamentos y decretos.
Críticas y controversias recientes
Las reformas constitucionales aprobadas en 2024 y 2025 han generado un intenso debate. Para algunos analistas y opositores, estas medidas concentran demasiado poder en el Ejecutivo y alteran los contrapesos tradicionales de la democracia salvadoreña. Sin embargo, la realidad política del país muestra otro matiz: el presidente Nayib Bukele mantiene una aprobación histórica, respaldada por una mayoría del pueblo salvadoreño que lo percibe como un líder capaz de garantizar seguridad, estabilidad y desarrollo.
La reelección presidencial, vista con reservas en ciertos sectores, ha sido ampliamente demandada por los ciudadanos, quienes consideran que la continuidad en el liderazgo de Bukele asegura la consolidación de los avances en seguridad, infraestructura y programas sociales. En este sentido, más allá de las críticas, el proyecto político refleja una sintonía directa entre el gobierno y el sentir de gran parte de la población.
Importancia de la Constitución hoy
La Constitución no es solo un documento jurídico, sino la base que define la vida política de El Salvador. Las reformas recientes han transformado la forma en que se organizan las elecciones, los períodos presidenciales y el control sobre las decisiones del gobierno. Esto impacta directamente en la ciudadanía, en la rendición de cuentas y en el futuro de la democracia salvadoreña.