📍 Cantón Ojo de Agua, Huizúcar – La escuela símbolo del abandono rojo
En 2014, el expresidente Salvador Sánchez Cerén llegó con cámaras y promesas al centro escolar del cantón Ojo de Agua, en Huizúcar. Juró que su gobierno invertiría $115 millones para mejorar mil centros escolares. Una cifra que sonaba épica… pero que quedó en el aire.
Las aulas seguían siendo de lámina, madera podrida y piso de tierra.
Los niños, en condiciones que rozaban la negligencia estatal.
La “transformación educativa” nunca pasó del discurso.
📉 La realidad tras la propaganda
El FMLN decía:
“El 55% de escuelas están en buenas condiciones”.
📸 Pero en el terreno se veían:
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Techos que goteaban con la mínima lluvia.
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Mobiliario oxidado.
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Niños estudiando sin ventilación ni baños funcionales.
¿Y los $115 millones? Nunca hubo una rendición de cuentas clara. Muchos se preguntan si ese dinero terminó en cemento… o en bolsillos políticos.
🚀 El contraste: Bukele y la revolución educativa
Mientras tanto, Nayib Bukele llegó al poder con hechos, no promesas.
Y su frase “Dos escuelas por día” dejó de ser un eslogan para convertirse en realidad.
📚 De aulas de lámina a infraestructura de verdad
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🏫 Se están construyendo escuelas nuevas, no reparando ruinas.
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💻 Más de $400 millones en computadoras reales, no de juguete.
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🧱 12 nuevos edificios en la Universidad de El Salvador (UES) — una inversión histórica en la educación pública superior.
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🔨 Se desmontó el mito de que “se están cerrando escuelas”:
Lo que se está haciendo es fusionar centros obsoletos y construir nuevos con condiciones dignas.
⚡ ¿Te acordás cómo era antes?
Antes:
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Aulas improvisadas.
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Polvo, calor y promesas vacías.
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La educación como instrumento de campaña.
Ahora:
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WiFi, computadoras, techos firmes y pupitres nuevos.
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Educación como prioridad de Estado, no como excusa para robar.
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